Ariosto Otero Reyes es un prestigiado muralista mexicano, cuya obra está inserta en el concepto de Patrimonio. Su abundante legado le ha otorgado reconocimientos nacionales y extranjeros por sus aportaciones al género mural y a la enseñanza del mismo. Sus murales se localizan tanto en México como en otro países y suman más de 65 obras.
Otero Reyes no es un narrador plástico de historias y anécdotas, aunque se remite a ellas cuando es necesario. Es un crítico del sistema, por esa razón representa los problemas actuales en su obra, para coadyuvar a la reflexión y a la toma de postura de quienes ven y observan sus murales, ya que esa es la función del muralismo como arte público.
Por esos sus obras suelen incomodar, sobre todo a funcionarios de diversa índole, quienes las censuran, llegando en ocasiones a ocultarlas para que no molesten más sus sentimientos de estrechez mental. Seguramente por esa razón, en la clínica Shaio de Bogotá Colombia, fue retirado en mural Fábrica de vida, que aparentemente no critica, sino elogia a los médicos por su altruista labor, sin embargo lo quitaron para esconderlo supuestamente en una bodega, algo imposible de creer en un lugar de vida.
El muralismo es considerado como el arte del continente, una vanguardia que surgió en 1922 en México y que fue reconocida por muchos países, incluso en Europa, su relevancia en nuestro país ha llevado a que se le califique como patrimonio nacional, para lo cual se han emitido leyes que protegen este género artístico. Inclusive se resguarda el muralismo contemporáneo, sin que haya ley que lo dictamine, sólo por el hecho de ser mural. La obra de Ariosto Otero se encuentra en este rubro.
Otero no obstante ha perseverado por la conservación de cada uno de ellos, situación que en México ha sido atendida. Desde su primer mural realizado en 1980 en el Palacio Municipal de Amecameca en el Estado de México titulado: Libros de las historias de mi pueblo, hasta el último que se esta instalando en la estación de la línea 2 del metro Xola.
Asimismo, ha sido un tenaz fundador de diversos organismos colectivos que impulsaron el arte mural, colectivo e internacional para la construcción de murales, que inició después de su tercer mural en 1986, pintado en la Biblioteca Quintín Villanueva Ramos ubicada en San Antonio Tecomitl, Milpa Alta, titulado El Teutli. Con el objetivo Fundador de hacer arte público, en concreto, muralismo, fundó TALAMURO, (Taller Latinoamericano de Muralismo) que estuvo integrado por artistas mexicanos, nicaragüenses e italianos.
En 1995 con la misma meta, organizó Creadores de Arte Público de México A. C., organismo con el que logró hacer un movimiento en pro del arte público y el muralismo. El grupo trabajó en La Tallera, en Cuernavaca, Morelos, el mismo espacio donde lo hizo David Alfaro Siqueiros, en ese lugar realizaron varios murales.
La hiperactividad de Otero y su pasión por el muralismo lo llevó a instituir un nuevo organismo, la Unión Latinoamericana de Muralistas y Creadores de Arte Monumental (ULMCAM) con un objetivo ampliado, integrar la América Latina, que conjunta a muralistas de diversas nacionalidades del Continente desde el Río Bravo hasta la Tierra del fuego. Esa misma pasión lo ha llevado a impartir clases de muralismo tanto en México como en el extranjero, por lo que ha sido homenajeado en esos países hermanos.
La actualidad de la temática en la obra de Otero es también muy importante. Él considera que el muralismo debe ser como un libro abierto donde se “lea” visualmente lo que está sucediendo, pero no como un diario, sino como una crítica y debe permanecer en ese espacio de manera indefinida, para que nos recuerde lo que pasa, para no perder la memoria y para eso Ariosto Otero no se baja del andamio.
Guillermina Guadarrama Peña
Investigadora/Cenidiap/INBA.